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El valor de la Mirada:

 

"Los Ojos Hablan" fue el inicio del recorrido de una lucha conjunta en todo el país. Aprendimos, a unirnos y ser más compañeros, a entender otras realidades, a intentar ser mejores colegas y mejores profesionales. Los ojos de José Luis a los que hace referencia esta frase encierra un montón de significados. Dicen que lo ojos, son el reflejo del alma. Y es la mirada de José Luis Cabezas la que nos trasmite y nos hace conocer un poco mas de su persona. Nos pide que no olvidemos y a la vez observa toda la impunidad imperante y manifiesta para sus asesinos. Los Ojos Hablan también representan nuestra mirada que como reporteros gráficos utilizamos a diario para trabajar, una forma diferente de ver el mundo, y la mirada del pueblo, los ciudadanos, la gente que no olvida.

 

Sus ojos, esa imagen que acompañó muchos actos, que se plasmó en remeras, en pancartas, en banners,etc... Nos transmite esa fuerza necesaria para continuar la lucha por el pedido de justicia y el cumplimiento efectivo de las condenas impuestas a sus ejecutores. Sus Ojos, nos permitió conocernos, acercarnos, unirnos y trabajar TODOS JUNTOS por la memoria. En épocas en donde la restitución de nietos desaparecidos y el enjuiciamiento a las juntas militares (signo de una época nefasta en nuestro país) es posible, esto no es cosa menor. Sus ojos nos enseñan a construir entre todos para el futuro....

 

Para aquellos que no lo conocimos a José (como le dicen sus mas allegados), se convirtió en el símbolo de la lucha por la libertad de expresión y en el interrogante de saber quien era la persona detrás de la foto. Con los años conocimos que más allá de la imagen había un hombre, un trabajador, un padre, un amigo, un reportero de raza. Conocimos, a través de las anécdotas, su pasión y dedicación por la fotografía, sostenía:

- yo soy yo, no mi sueldo" (aunque algunos cuentan que vivía pidiendo aumento).

 

Con su trabajo nos dejó plasmado para siempre una pedazo de historia del país en que vivimos y nos asombramos, aun hoy, con las expresiones de los personajes retratados, la iluminación y los encuadres de sus fotografías. José Luis nació en Wilde el 28 de noviembre de 1961, le gustaba escuchar música como los Rolling Stone, Soda Etéreo, Los Beatles...

Unos de sus primeros trabajos relacionados con la fotografía fue en la embajada de Francia, como fotógrafo de eventos sociales. Por aquel entonces Menem recién asumía el cargo de presidente de la Nación. José Luis, fotografío al ministro de economía, Miguel Ángel Roig, que se encontraba en la embajada festejando un nuevo aniversario de la Toma de la Bastilla. Al retirarse el coche en el que viajaba, apenas unos doscientos metros del estacionamiento, Roig, falleció de un paro cardiaco. José Luis Cabezas tenía la última foto en vida del ministro.... Se dirigió entonces a la calle Sarmiento, donde se encontraba la redacción de la revista Noticias y ofreció la fotografía. Su voluntad, su tremenda simpatía y buen humor hizo que comenzara a trabajar primero como colaborador para luego ganarse un lugar en la redacción. Nadie imaginaba que años después, un 25 de enero, pasaría lo que pasó en manos despiadadas de "personas" que hoy caminan libres entre todos nosotros.

 

El asesinato de José Luis Cabezas ataca un derecho tan esencial como es el derecho a la vida que engloba un conjunto de derechos inherentes a toda persona. Es por demás un ataque explicito a la libertad de expresión. Pensar este hecho como una vulneración a los Derechos Humanos tiene en este sentido una dimensión individual y una dimensión social. Ambas con igual importancia porque fue asesinado en el ejercicio de su profesión la cual conlleva un valor social muy importante.

 

Matar a un fotógrafo, esa fue la consigna de quien decidió acabar con su vida, pero no contaba con que esa mirada se multiplicaría por millones. La misma mirada que todos multiplicamos cada vez que nos retratamos con sus ojos. Todavía no hemos aprendido la lección de historia, porque sus asesinos están libres, porque sigue habiendo hechos de violencia hacia los trabajadores de prensa, porque todavía esperamos por esa justicia que parecía haber llegado pero se esfumo en un abrir y cerrar de ojos. Olvidamos el valor de los monumentos y recordatorios que hemos emplazado todos estos años a lo largo del país. Los abandonamos como si el paso del tiempo curara las heridas y resolviera todos los problemas. No somos consientes de que estos iconos nos recuerdan lo que no debe volver a pasar, que son una enseñanza para las nuevas generaciones, una huella para el futuro. Cuidarlos, es cuidar y respetar la memoria. Cuidarlos es recordar, y recordar quiere decir volver a pasar por el corazón, un acto muchas veces necesario.

 

La mirada de José Luis nos une a todos como trabajadores de prensa, como personas… En estos momentos es importante dejar las diferencias que puedan existir con otros compañeros y construir para adelante, sembrar memoria, para defender nuestra profesión con uñas y dientes, porque es nuestra esencia, porque es lo que somos y es lo que hacemos: registramos la historia, congelamos momentos y dejamos una huella imborrable para el futuro.

 

Lamentablemente, 18 años después son muchas las victimas de la violencia y el odio que esperan aun en día que se haga justicia. Pensaba, entonces, en como es la vida de los familiares que padecen la irremediable ausencia de aquella persona que nada podrá remplazar, pero que a la vez todo lo recuerda: los lugares, una canción, los aromas, alguna calle hasta un rincón del hogar. Tomando aquellas palabras que Ernesto Sábato alguna vez supo escribir y haciéndolas propias creo que " su espíritu todo lo impregna desde aquel misterioso lugar en donde este José Luis, que en su notable vocación de fotógrafo, casi oculto y silencioso detrás de la cámara, sin que apenas lo conozcamos, nos dejó un modo autentico de ver el mundo", más ahora, en esta particularidad de los seres transformados en símbolo a través de su inextinguible mirada...... Es tiempo de abrir los ojos, No se olviden de Cabezas porque los ojos hablan.....

 

texto: L. R. ( enero 2015)

 

 

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